El fortalecimiento del bienestar estudiantil, la convivencia universitaria y el uso responsable de los entornos digitales fueron el eje de las jornadas de trabajo impulsadas por la Dirección de Apoyo y Vida Estudiantil (DAVE), junto a las unidades de apoyo de la Vicerrectoría Académica (VRA), en un proceso colaborativo que reunió a las contrapartes de Asuntos Estudiantiles de las distintas carreras para proyectar acciones concretas de acompañamiento integral.
La segunda y última jornada se desarrolló el miércoles 17 de diciembre, en la sala de la Unidad de Apoyo y Seguimiento Estudiantil (UASE), y dio continuidad a un trabajo iniciado el miércoles 10 de diciembre, que convocó a equipos de la Unidad de Género y Diversidad (UGD), la Unidad de Inclusión (UI) y la UASE, junto a representantes de las unidades académicas.
El objetivo central de ambas instancias fue revisar y articular actividades y talleres dirigidos al estudiantado, con énfasis en la salud mental, la convivencia y el fortalecimiento de la vida universitaria, a partir de necesidades levantadas directamente por las propias carreras. Este trabajo se enmarca en los lineamientos del Modelo de Progresión Estudiantil, que promueve una mirada integral y coordinada sobre los factores que inciden en la trayectoria académica.
Durante las jornadas se generaron espacios de diálogo y análisis que permitieron identificar desafíos transversales en la experiencia universitaria y delinear líneas de acción orientadas a la prevención, el acompañamiento y la formación integral. En particular, la sesión del 17 de diciembre se estructuró en torno a tres ejes prioritarios: convivencia estudiantil, integración a la vida universitaria y uso responsable de las redes sociales.
En ese contexto, se reflexionó sobre conductas observadas en el aula, dinámicas entre pares y las formas en que las nuevas generaciones se vinculan y se comunican en entornos presenciales y digitales. Entre las propuestas levantadas, se consideró el desarrollo de campañas informativas para abordar fenómenos como las funas y los espacios de confesiones, así como la formación de estudiantes como agentes de difusión y acompañamiento.
Asimismo, se relevó la necesidad de visibilizar las herramientas institucionales disponibles, elaborar orientaciones para el uso de chats académicos —especialmente en grupos de curso—, promover un consumo crítico de información digital y definir criterios para el uso de las redes sociales como canales oficiales de comunicación.
Estas jornadas marcaron el cierre de una etapa de trabajo conjunto que permitirá proyectar acciones concretas en materias de salud mental, convivencia y comunicación responsable. La sistematización de los acuerdos se realizará de manera coordinada entre las distintas unidades y será presentada a las contrapartes de Asuntos Estudiantiles en una nueva reunión ampliada prevista para enero de 2026.






